Audición nº 20: Consagración de la Primavera (Stravinsky)

El compositor y director de orquesta ruso Igor Stravinsky (Lomonósov, 1882 - Nueva York, 1971), nació un 17 de junio, fecha de hoy. 

Estos días aparece en la televisión como protagonista de un anuncio de una conocida marca de coches,  y en él podemos ver cómo dirige el ensayo de una de sus obras haciendo gala, como era costumbre en él, de su fama de meticuloso y exigente. 
Por cierto, la música que suena en él se trata de un fragmento de su ballet Pulcinella.

Hijo de un bajo de la Ópera Imperial de San Petersburgo, Stravinsky es una de las figuras más importantes e influyentes de la música del siglo XX. Tuvo una existencia longeva, motivo por el cual pudo conocer las numerosas corrientes musicales que coexistieron durante este siglo. 

En la gran cantidad de obras que compuso abordó varios de estos estilos, pero es conocido principalmente por el gran público gracias a la composición de tres ballets durante el período conocido como inicial o rusoEl Pájaro de Fuego, Petrushka y La Consagración de la Primavera, que es el que escucharemos en esta entrada. 

Estos ballets fueron creados por encargo de Serguéi Diáguilev, el empresario ruso creador de los Ballets Rusos (compañía de la que surgirían muchos bailarines y coreógrafos famosos), y presentados en París en la década de 1910. 

En concreto, La Consagración de la Primavera se estrenó el 29 de mayo de 1913 con Pierre Monteux en la dirección y Vaslav Nijinsky como coreógrafo. 

Y no dejó indiferente a nadie porque, como dicen las crónicas, el escándalo fue mayúsculo. La provocadora coreografía de Nijinski, las intensas disonancias y los fuertes ritmos asimétricos de la partitura provocaron una reacción del público tan fuerte que ni siquiera los bailarines podían oír la orquesta, pues a los pocos minutos de comenzar la función la gente prorrumpió en silbidos, abucheos e insultos a los músicos y bailarines, formándose rápidamente dos bandos enfrentados a puñetazos. El argumento tampoco ayudaba a calmar los ánimos: en él se relata el rapto y sacrificio por parte de un grupo de rusos ancestrales de una doncella al inicio de la primavera, la cual es obligada a bailar hasta su muerte para así obtener la benevolencia de los dioses al comienzo de la nueva estación.


Pasados 100 años del escándalo del estreno, la coreografía de Nijinsky ha perdido buena parte de su carga trágica y hoy en día es bastante improbable que pueda causar en el público actual un impacto emocional como el que suscitó ese día. Es más, a cualquier espectador del siglo XXI probablemente le resulte bastante más naïf que trágico, no sólo por el vestuario tradicional sino sobre todo por los gestos espontáneos e ingenuos de los bailarines.


Sin embargo esta otra versión, que he localizado casualmente navegando por Youtube, creo que sí pueda resultar impactante. Dos novedades con respecto a la original: una es que la elegida no es una joven virgen sino un hombre y la otra es que los protagonistas de la coreografía (de la que desconozco el autor) no son sólo hombres y mujeres sino también unos magníficos caballos que participan en la danza como auténticos profesionales. Es una grabación de 2002 en la que la música está interpretada por Pierre Boulez al frente de la Orquesta de Paris.




Un paso más en este sentido es el que da el coreógrafo Angelin Preljojac, que ahonda en la psicología de la víctima poniendo en evidencia su enorme sufrimiento y su extrema soledad. La protagonista, Nagisa Shirai, intenta escapar de su injusta condena pero su propia gente se lo impide y la despoja de su ropa, dejándola totalmente indefensa y vulnerable. Su desnudez acentúa la tragicidad del momento por exponerla a la mirada despiadada de sus verdugos, que hasta poco antes eran personas en las que podía confiar.
 la versión aparecida en la película de animación Fantasía (1940)








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